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Cómo la hegemonía cultural y el mercado del arte impiden a los artistas acceder a la economía de su sector y alienan el proceso creativo al perfil de la fabricación de objetos.

Después de haber viajado varios años para explorar las escenas artísticas internacionales underground, alternativas e institucionales, observe que los artistas de todo el mundo tienen el mismo desconcierto frente a las instituciones y la jerarquía que se imponen.

Las culturas underground y alternativas siempre han existido a la sombra de las instituciones culturales porque no están representadas por ninguna gran estructura. Archivar estas culturas es difícil y por esta falta de organización pierden parte de su historia.

Las instituciones culturales se sustentan en su mayor parte en grandes grupos financieros que frenan a todo artista politizado, para uniformizar la reflexión, la mirada y la cultura.

Las instituciones culturales occidentales colonizan la escena internacional para imponer su cultura y delimitar así el campo de posibilidades para los artistas extranjeros. arto quiere ofrecer a cada artista la oportunidad de exponer su trabajo sin pasar por largos y muy selectivos trámites administrativos, sin someterse al deber social. Por deber social entendemos el deber de recorrer las inauguraciones, de exhibirse a mecenas filantrópicos, a los que les gusta lucirse rodeados de artistas. Para venderse, el artista debe adaptar su discurso y su obra con la esperanza de una inversión en su futuro que, con demasiada frecuencia, sigue siendo ilusoria.

El mercado del arte representa más artistas muertos que en vida, de feria en exhibición rota con el mismo catálogo de artistas cotizados. Las ventas de obras de arte por sí solas simbolizan los excesos del sistema capitalista. Cuanto más se inclina excesivamente el capitalismo hacia los excesos, más se reflejan las repercusiones económicas de este sistema en el mercado del arte. Este sistema genera una fortuna otorgada a un puñado de artistas que se vuelven protagonistas de la economía especulativa. Las ventas de obras de arte son hoy la cortina de humo que esconde la exención de impuestos mundial y el blanqueo de capitales.

Entre un artista y su obra, existe una decena de personas que viven todas del sector cultural menos el propio artista. Los actores del sector cultural garantizan el juicio artístico y deciden a través de un sistema subjetivo, a menudo corrupto, quién es artista, quién no lo es, cuál es el arte de hoy y de mañana.

Así es como el 99,99% de los artistas se encuentran fueran de su sector y de su mercado. ¿Por qué los artistas deben estar sujetos a una horda de individuos que no pueden existir sin ellos?

¿Qué pasaría si el arte invadiera las calles? ¿Qué pasaría si los artistas recuperaran el poder siendo los principales actores de su mercado?

arto es una plataforma futura para referencia culturas emergentes, underground y alternativas, nace de una necesidad y de una asfixiante observación. Esta plataforma fue conceptualizada para estructurar todas las culturas artísticas y dar independencia creativa y económica a los artistas.

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